martes, 14 de febrero de 2012

Cariño, siempre has sido y serás tú.



Hay cosas que están delante de tus narices y no eres capaz de verlas. Por lo que sea, por voluntad propia, no las ves. Hasta que te explotan en la cara y ya no hay voluntad propia posible. A mí, lo que me ha explotado, ha sido una obviedad. Más que eso, algo que ya sabía, pero que tenía olvidado. Y así, nos descubro, con las vidas cruzadas, casi sin haberlo querido. Con formas tan diferentes de entenderlo todo. El amor, el sexo, los recuerdos, el presente, las sonrisas, la vida. Manteniendo que si seguimos aquí es porque nada de eso importa. Pues a lo mejor si que importa. Pero ahora mismo me importan mucho más otras cosas, como tenerte cerca. Así que, sintiéndolo mucho, me vas a tener que llevar a ver salir el sol desde todos los portales de la luna, a ver a todas las estrellas que durmieron solas, prestarme tu abrigo para luego quitarme la ropa, sudar conmigo, perder la calma, decirme las cosas que nunca me has dicho, darme alas, subirme la falda, cogerme con vicio, reírnos de todo y a llorar por nada. 




















La luna esta noche...no brilla ni por mi, ni por ti...si no por nosotros.

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